sábado, 5 de julio de 2008

salto



La maleza se mueve,

sé que detrás hay una presa débil.

No hace viento, los altos árboles paran la brisa
en este rincón del valle.

Por eso sé que estás ahí,
temeroso, no de mí,
sino de la muerte misma.

Es un temblor espontáneo, incontrolable,
el de la vida a punto de escaparse.

También yo siento ese miedo a desaparecer,
a ser apenas yo misma,
por primera y última vez
,
en el momento de la disolución.

Un terror me invade mientras salto,
y acabo con él de una dentellada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ay!

El búho rojo dijo...

:-)

Alberto dijo...

Emociones ensambladas en letras...
;-)

Juan Pablo Melizza dijo...

Hermoso, es más, me asalta por detrás, por delante, y decido contraatacar; cazo tu blog en la noche y lo guardo, como tesoro, en el mío.

Bellísimo...

el escríba dijo...

Cazar para acabar siendo cazado por las garras de la muerte,cíclico y hermoso!

sky walkyria dijo...

no hay separacion.
cazado y cazador,
buscador y buscado,
somos uno